Las labores productivas se realizan en tres espacios distintos: el campamento, el auto-consumo y la cooperativa.
Durante mi estancia, los 103 brigadistas que componíamos la brigada, nos dividimos en tres grupos por nacionalidades y cada grupo iba a uno de los tres espacios a trabajar. Nos rotábamos todos los días, con lo que todos pudimos trabajar en cada espacio por igual. Nuestro grupo lo componíamos los integrantes del estado español, Portugal y Grecia.
Las labores productivas fueron totalmente distintas en cada lugar. En la cooperativa, las tareas eran las más duras. Consistían en limpiar el campo de malas hierbas, o cómo le llaman allí: chapear. El trabajo era duro y el sol era fuerte, con lo que al final de la jornada terminábamos todos reventados. En la cooperativa se cultiva principalmente Frutabomba (Papaya) y Maíz. Para llegar al lugar, que está alejado a unos kilómetros del campamento, nos montábamos de pie en la parte de carga de un camión.
En el auto-consumo nos dedicamos también a chapear, aunque menos, ya que la labor principal fue iniciar una nueva plantación de Plataneros. Por último, en el campamento, las tareas fueron, cómo no, chapear y arreglar los espacios que estaban más descuidados y recoger escombros y desperdicios.
Por suerte el ambiente fue siempre muy bueno y la jornada pasaba rápido entre conversaciones interesantes, principalmente sobre Cuba y su revolución. En una de las jornadas en el auto-consumo tuve una conversación muy interesante con uno de los campesinos sobre la revolución cubana y Lenin. Me sorprendió muchísimo por el nivel cultural y conocimientos que trasmitía el campesino.
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